miércoles, 5 de noviembre de 2008

VIDEOS TRIBUS URBANAS

Para entender mejor el video referido a las tribus urbanas vemos conveniente definir algunas palabras utilizadas :

Identidad y sentido de pertenencia : Cada persona tiene rasgos físicos, cualidades personales, manifestaciones peculiares en su forma de ser v relacionarse con los demás. Posee recuerdos, experiencias, motivaciones, intereses y expectativas como parte de su constelación personal que caracteriza el modus propio con que aparece a los ojos de los demás y se reconoce a sí mismo.
Nacemos y desenvolvemos nuestras actividades, en lugares específicos, muchas veces consideramos como propios y que el resto de las personas suele reconocer como tales.
Todos estos elementos sirven para que cada persona se reconozca y sea reconocida en su individualidad, lo que contribuye a fijar las diferencias entre "yo" y el "otro".
A rasgos muy generales se menciona entonces la identidad. como una condición y proceso, a través, y en cuyo curso, se logra establecer los limites y peculiaridades que distinguen e individualizan a las personas; doblemente vinculada a la herencia natural y la experiencia vivencial de cada individuo, única e irrepetible por su singularidad, y a la herencia histórico-social de la cual todos somos portadores.
La identidad, más allá de los elementos perceptibles, no es sólo una cualidad implícita en la condición unitaria del individuo; sino que se perfila y enriquece en el decursar de la vida social; en el contacto multinacional con las instituciones, que comienza en la familia, y luego se amplifica a otras diversas estructuras sociales. Con los hábitos, costumbres, actividades, obligaciones y responsabilidades que contraemos y desarrollamos desde pequeños, en el curso de las distintas interacciones sociales que forman parte de nuestras vidas.
De esta manera, todas las estructuras sociales que componen el tejido de la sociedad, gracias a la huella heredada de una generación a otra y al continuo accionar de las personas que en ellas construyen, reproducen y perpetúan el conjunto de peculiaridades que los caracteriza, logran desarrollar sus propias identidades colectivas, cuyos mecanismos funcionales y principios rectores regulan la relación intragrupal y la mediación con las estructuras externas.
Así se constituye la identidad cultural, como síntesis de la
construcción de múltiples significados distintivos, fruto de la
complejas interacciones sociales que desarrolla internamente cada
grupo y en sus relaciones con otros, mediante las cuales sus
miembros se unifican y a la vez, se diferencian de los demás.
La identidad cultural, además de proporcionar elementos concretos de referencia y comparación, resume el universo simbólico que caracteriza a la colectividad, porque establece patrones singulares de interpretación de la realidad, códigos de vida y pensamiento que permean las diversas formas de manifestarse, valorar y sentir.
Sin embargo, no basta con ser partícipe de un realidad colectiva común, ni siquiera es suficiente que poseamos rasgos étnicos comunes o compartamos la misma herencia sociocultural para presuponer la conciencia personal como representante de una identidad determinada.
Se requiere del sentido de pertenencia, como forma de adscripción al universo simbólico de dicha colectividad; como expresión del grado de significación y sentido que los códigos imperantes, los valores, juicios, tareas compartidas y actividades por emprender alcanzan, realmente, para cada sujeto. El sentido de pertenencia, con toda la carga afecto-cognitiva que conlleva, es elemento arraigante y movilizador de la actividad grupal, y lo que es más importante, constituye un generador de valencias y cohesión intragrupal.




Aldea global : es un término posiblemente acuñado por el sociólogo canadiense Marshall McLuhan. Este concepto se refiere a la idea de que, debido a la velocidad de las comunicaciones, toda la sociedad humana comenzaría a transformarse y su estilo de vida se volvería similar al de una aldea. Debido al progreso tecnológico, todos los habitantes del planeta empezarían a conocerse unos a otros y a comunicarse de manera instantánea y directa.

Como paradigma de aldea global, McLuhan elige la televisión, un medio de comunicación de masas a nivel internacional, que en esa época empezaba a ser vía satélite.

El principio que impera en este concepto es el de un mundo interrelacionado, con estrechez de vínculos económicos, políticos y sociales, producto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), particularmente Internet, como disminuidoras de las distancias y de las incomprensiones entre las personas y como promotoras de la emergencia de una conciencia global a escala planetaria, al menos en la teoría. Esta profunda interrelación entre todas las regiones del mundo originaría una poderosa red de dependencias mutuas y, de ese modo, se promovería tanto la solidaridad como la lucha por los mismos ideales, al nivel, por ejemplo, de la ecología y la economía, en pos del desarrollo sustentable de la Tierra, superficie y hábitat de esta aldea global.

Por otro lado, no deja de ser verdad que, como ya evidenciaba la teoría del efecto mariposa (teoría del caos), un acontecimiento en determinada parte del mundo tiene efectos a una escala global, como por ejemplo las fluctuaciones de los mercados financieros mundiales. En este sentido, el adjetivo global tendría algún sentido, pero a pesar de eso sería restringido.

Se trata de un concepto filosófico y utópico más que real. Como afirman muchos teóricos de la globalización y algunos críticos del concepto aquí discutido, el mundo está lejos de vivir en una "aldea" y mucho menos global: el concepto de aproximación de las personas en una aldea, en la cual todos se conocen y participan en la vida y en las decisiones comunitarias no se correlaciona con la sociedad contemporánea. Adicionalmente, partiendo de la idea de que el mundo está, de hecho interconectado, no deja de ser verdad que en esta aldea, de nombre tan utópico y optimista, muchos son excluidos (basta tener en cuenta el número de habitantes conectados a Internet en algunas regiones africanas).

Para formar una idea de este concepto, es preciso, pues, considerar su ambivalencia: por un lado, saber que parte del presupuesto de una mayor aproximación entre las personas y de la consiguiente necesidad de una responsabilidad y responsabilización global; por otro lado, saber que es un concepto exclusivo y, como tal, excluyente.

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